(Redacción Imbabura).- El Tribunal de la Corte Nacional de Justicia (CNJ) sentenció este miércoles al vicepresidente de la República, Jorge G., a 6 años de prisión como autor del delito de asociación ilícita dentro de la trama de corrupción en el caso Odebrecht.
En la lectura de las conclusiones del Tribunal, el juez ponente Édgar Flores indicó que en base a lo expuesto durante el juicio, el Vicepresidente sería autor «principal», porque tuvo el dominio del hecho al ser el responsable de los proyectos emblemáticos.
La Fiscalía probó que los sentenciados se asociaron ilícitamente para obtener un beneficio económico en 5 proyectos estratégicos: Poliducto Pascuales-Cuenca, Trasvase Daule-Vinces, Proyecto Hidroeléctrico Manduriacu, Refinería del Pacífico-Movimiento de Tierras y Acueducto La Esperanza. Flores señaló que Jorge G. «articuló con José Conceição Santos (exejecutivo de Odebrecht) la concesión de contratos públicos a cambio de pagos».
En el Caso de la Hidroeléctrica Manduriacu, que se encuentra en el límite provincial de Imbabura y Pichincha, luego de conocer el testimonio anticipado de José Santos que fue tomado como prueba de la Fiscalía y determinó la participación de Jorge Glas, señala que la empresa “Odebrecht entregó la cantidad de USD 6’500.000.00, en calidad de coimas, para que se modifiquen los documentos precontractuales a fin de ser adjudicados con el contrato de ejecución del proyecto H. Manduriacu, lo que representó un perjuicio para CELEC“.
Además la información proporcionada por Estados Unidos en el caso Odebrecht revela dos cosas. Un sofisticado esquema de subcontrataciones para obtener el dinero que iba a ser usado en coimas, así como el uso de apodos para esconder la identidad de los sobornados.
De acuerdo con esa información, que llegó en dos discos compactos, 16 personas identificadas con apodos recibieron al menos $ 22,77 millones a través de 16 compañías en paraísos fiscales y en Ecuador.
Esta información se complementa con la ayuda penal de Brasil, que es mucho más completa porque contiene los recibos de los giros bancarios.
Uno de los apodos utilizados era Tío, que fue citado por el fiscal Carlos Baca en la audiencia para pedir la prisión preventiva del vicepresidente Jorge Glas Espinel, al considerar que los pagos bajo este apelativo se referían a Ricardo Rivera, tío del funcionario.
En los documentos existen cuatro pagos a Tío. Tres de ellos se depositaron a Glory International Industry. Y el último se realizó a la empresa Fernhead Holding Inc. (abierta por Mossack Fonseca a pedido de Ricky Dávalos). Estas transferencias suman $ 934.660.
Dos de estos pagos, por un total de $ 450.000 están relacionados con la hidroeléctrica Manduriacu, según señalan los documentos.
Uno de esos pagos relacionados con Manduriacu, por la suma de $ 150.000, coincide en código, cantidad, fecha, cuenta y banco receptor con la documentación brasileña. Esta cooperación, en cambio, da cuenta de 15 giros a Glory International a una cuenta del Shanghai Pudong Development Bank, de China, por $ 5,5 millones.
Para no despertar sospechas de las autoridades, el banco que manejaba Odebrecht cumplía con los requerimientos de cualquier entidad. Los pagos a Glory, por ejemplo, eran justificados por compra de maquinaria de construcción. Así lo indica una carta de Innovation Research Engineering and Development, una de las compañías usadas para los sobornos, al banco Meinl Banl (Antigua).
Como parte del esquema, Odebrecht firmó contratos con la firma española Eathisa Ingeniería y Servicios S.A., de Zaragoza, representada por Altor Elexpe Tudela. A su vez, esta subcontrató a la holandesa Convergence Capital Partners B.V., y cuyo representante era Marcos Alexander Termes.
Los contratos entre Eathisa Ingeniería y Servicios S.A., y Convergence Capital Partners B.V. para la construcción del acueducto de la Refinería del Pacífico y para el poliducto Pascuales-Cuenca, son parte de la ayuda que llegó desde EE.UU.